Érase una vez que se era
un Servicio de Salud debilitado y empobrecido, hasta el punto que
alguien diría que estaba corrompido, en cualquier caso con
dificultades para tomar buenas decisiones, pensando en el bien
común, y sin presiones de actores externos con intereses económicos. Me refiero al Servicio
Canario de la Salud y hoy les voy a contar la historia, más bien un
cuento, del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Doctor Negrín,
que nunca, nunca, nunca fue de ese hospital.
Hace mucho, mucho tiempo,
en una isla redonda, allá por el año 1991, el Hospital Nuestra
Señora del Pino (madre del actual Hospital Dr. Negrín) encarga los
estudios de la incipiente medicina nuclear a DIMEC, una empresa
propiedad de la Clínica San Roque. Los encargos a DIMEC crecen año
tras año hasta que, en el año 2005, la Consejera de Sanidad del
momento, María del Mar Julios (Coalición Canaria) impulsa la
publicación de un concurso al que sólo se presenta DIMEC, en una
situación ventajosa, pues había crecido gracias a los encargos del
Hospital Dr. Negrín que no había recibido otras empresas desde
1991. Por tanto, DIMEC creció y
adquirió habilidades, conocimiento y tecnología punta durante 15
años, gracias a los encargos del Hospital Dr. Negrín. Y después
ganó un concurso expresamente creado para resolver la incorrección
administrativa, la de estar facturando cantidades exorbitantes a una
única empresa sin mediar concurso público.
Dicen los que lo vieron,
yo no estaba, pero me lo dijeron que sólo DIMEC se presentó al
concurso, y como no podía ser de otra forma lo ganó. El concurso
contemplaba una duración y unas prórrogas, que se usaron hasta
agotarlas. Y así llegamos al año 2015, fecha en la que ya expiró
el contrato y sus prórrogas, pero DIMEC siguió trabajando y
cobrando por atender pacientes en la cuarta planta del Hospital Doctor
Negrín.
Sucedió en aquel mismo
año y en la misma tierra que llegó nuevo Consejero a Sanidad, Jesús Morera, anunciando defensa de la sanidad pública, gratuita y
universal.
No todos le creyeron,
pero sucedió que comenzó a pedir informes: sobre el funcionamiento,
costes, ventajas, inconvenientes, comparaciones con otros servicios
de Medicina Nuclear de Canarias y resto de España,... La cosa
estaba clara, no había justificación para mantener el servicio
privatizado y recuperarlo para lo público suponía una clara mejora
para el Hospital y un ahorro de 800.000 euros anuales, según consta
en un informe remitido por el entonces gerente del Hospital.
En Octubre de 2016, Jesús
Morera, anunciaba que el servicio de Medicina Nuclear se recuperaría
como servicio público y daba instrucciones para que se aceleraran los
procesos ya iniciados en esa línea. Pronto mostró su malestar el
Grupo San Roque y cuentan los que lo vivieron que los gruñidos se
extendieron por doquier, llegando pronto al círculo de Fernando
Clavijo, Presidente del Gobierno de Canarias, y de la élite
empresarial canaria, que forma parte de su accionariado.
Así, poco duró la
iniciativa pues en diciembre de ese mismo año Morera fue destituido y su
puesto lo ocupó JM Baltar, que en ese momento era director de
operaciones de San Roque, vicepresidente de la Alianza de la Sanidad Privada
Española y secretario de la Asociación de Clínicas Privadas de Las
Palmas.
Aquí se rompió una taza
y cada quien para su casa, pero no acaba el cuento aquí. El nuevo Consejero,
Baltar, nuevos informes solicitó y ¡oh, sorpresa!, el nuevo informe
favorece claramente los intereses del Grupo San Roque y señala los
beneficios económicos de mantener el servicio de Medicina Nuclear
privatizado. Se trata de un breve informe, con poca información, escasa transparencia (no indica los participantes ni la metodología
para su elaboración) , en el que no participaron profesionales del Hospital y con unas conclusiones artificiosas, no
fundamentadas en los datos. Un pobre informe con el que se pretende justificar la publicación de un nuevo concurso que mantenga privatizada la Medicina Nuclear del Hospital Dr. Negrín. Un pobre informe con muy poca información para valorar un contrato de ¡4
Millones de euros anuales!, que ya está sonrojando a los directivos
de la Consejería.
Y colorín colorado
este cuento No ha
acabado.
Poderoso caballero es
don Dinero,
pero somos más y batalla
libraremos.
Y voy por un caminito y
voy por otro,
y si este cuento les
gustó mañana voy por otro...
Ya disponible en este
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