No toda la María es igual

marzo 20, 2019

Cada cierto tiempo, y ahora lo veremos aparecer en algunos programas electorales, surge el debate de la legalización del cannabis, que ya se ha abordado en otros países con resultados variables y no evaluados sistemáticamente. Con frecuencia, de la experiencia de otros países se toman datos de forma interesada para soportar conclusiones previamente establecidas. Un ejemplo de ello es Portugal, nuevo milagro europeo, que ha hecho una reforma sobre el consumo de marihuana, que algunos quieren tomar como modelo en España cuando el punto de partida en Portugal era antediluviano. 

Otro ejemplo reiterado es el de Holanda, donde la venta y consumo de cannabis es legal desde 1976, y donde podemos recopilar toda una serie de valoraciones positivas y negativas. En el lado positivo quedan cuestiones como la casi-eliminación del tráfico ilegal de cannabis y la delincuencia relacionada, que han llevado al país a probar la legalización del cultivo en 10 localidades. Por otro lado, no parece que Holanda se haya convertido en un modelo de consumo responsable de estupefacientes, con un grave problema de crimen organizado entorno a las drogas y donde algunas ciudades como La Haya han contra-legislado para prohibir el consumo de marihuana

Un estudio internacional publicado ayer, donde se incluyen pacientes de Madrid y Barcelona, afirma que el consumo diario de cannabis se asoció con mayor probabilidad (tres veces más) de sufrir un trastorno psicótico en relación a quienes no consumen cannabis. Este riesgo es mayor (cinco veces más) entre quienes consumen cannabis de alta potencia. Concluye la investigación que "las diferencias en la frecuencia del consumo diario de cannabis y en el uso de cannabis de alta potencia contribuyeron a la sorprendente variación en la incidencia del trastorno psicótico en los 11 lugares estudiados [de 6 países distintos, incluidas 2 regiones de Holanda]. Dada la creciente disponibilidad de cannabis de alta potencia, esto tiene implicaciones importantes para la salud pública".

Es probable que en España la legislación sobre el cannabis haya quedado obsoleta, pero deben preocuparnos más las vertientes sociales del problema que los derechos individuales al consumo. Los riesgos de jóvenes y grupos desfavorecidos frente al consumo individual y la libre empresa.
Si en España se legalizara la venta de cannabis, ¿dónde abrirían los puntos de venta? Nos pueden dar una pista las nuevas salas de apuestas que crecen por toda España. Sí, en los barrios más pobres. 

 El estudio viene a confirmar viejos aforismos: No es oro todo lo que reluce ni toda la maría es igual.

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