Parece increíble, pero así es:  Fuerteventura ha tenido en el último año CINCO directores de área de Salud. En estas circunstancias me permito la licencia de escribir director con minúscula, pues no parece que se de la importancia debida a la salud de la población de una Isla con serias necesidades estructurales y funcionales en materia sanitaria.

Fuerteventura ha sido escenario en los últimos años de discusiones crispadas en torno a la sanidad. Hace algunos años asistimos incluso a un sonoro espectáculo en el que la población reivindicaba su justo derecho a una asistencia sanitaria en condiciones de equidad. En aquel momento, año 2016, esas movilizaciones contaron con el apoyo de instituciones (¿de donde salían tantas guaguas para facilitar los desplazamientos a las manifestaciones?) y medios de comunicación. No parece en absoluto que la situación haya mejorado y continúan las movilizaciones, aunque esta vez con menos entusiasmo por parte de las instituciones locales y de algunos medios.

Repasemos lo sucedido en el último año en relación a la elección del máximo responsable en salud de la Isla:
1. Laura Cabrera Hernández, máster en enfermería que venía de la dirección de una zona básica de salud de Fuerteventura y que cesa en el cargo al llegar JM Baltar a la consejería de Sanidad.
2. Juan Cerdeña Martín, que cursó los ciclos de formación profesional de auxiliar de enfermería y auxiliar administrativo, y que no llegó a ocupar el cargo porque renunció a los pocos días.
3. Tomás Marcial Pérez González, nombrado el 22/2/2017 (http://www.gobiernodecanarias.org/boc/2017/036/005.html) y destituido un día más tarde por "un error" (http://www.gobiernodecanarias.org/boc/2017/037/001.html).
4. Miguel Rodríguez Rodríguez, que fue nombrado a los pocos días y solventar así el vacío institucional y funcional pues desde el cese de Laura Cabrera no existía dirección de área de salud efectiva.
5. Tomás Marcial Pérez González, ¡oh sorpresa!  Nuevamente nombrado director de área. ¿será la definitiva o nuevamente un error en la publicación? ¿fue el primer nombramiento un error o un capricho de quienes tienes responsabilidades políticas?. Como destacan los medios, Tomás Pérez es ingeniero técnico de telecomunicaciones. Desde el año 2001, es jefe de Servicio de Logística y Servicios Generales del Hospital General de Fuerteventura. En cambio omiten deliberadamente algo públicamente conocido, el hecho de que es familiar de D. Mario Cabrera, diputado en el Parlamento de Canarias por la isla de Fuerteventura. Quienes lo conocen y han trabajado con él, lo describen como una persona formada, competente y trabajadora, que incluso se ganó el respeto de quienes no comparten sus ideas políticas. Es una lástima que el contexto general, la falta de transparencia y los vaivenes en ese puesto dificulten el aprovechamiento de su valía.

Esta secuencia de errores en la designación del director del área de Salud de Fuerteventura es una especie de capricho que vulnera todos los principios del derecho administrativo. Y como lo relevante aquí es la salud y la asistencia sanitaria de los habitantes de Fuerteventura debería actuar de oficio la fiscalía porque es cierto que estos actos suponen situar a Fuerteventura en el caos sanitario, y obviamente afecta a la salud diaria de sus habitantes. Todo político debe recordar  que el derecho a la protección de la salud es instrumental del derecho a la vida y a la integridad física. El caos organizativo afecta a los derechos de los pacientes, y el derecho  administrativo no faculta  para un juego caprichoso. Por otro lado no se dan explicaciones sobre el motivo del cese de su predecesor.



Desde luego no son buenas noticias para la población de Fuerteventura, ni un buen ejemplo de gestión y, mucho menos, de transparencia.